para mi mami, que cumplió 83 años el pasado día 20.
Como regalo, viaje con G y K al pueblo donde nació. Internet es grande, sí señor… A través de un blog pudecontactar con gente del pueblo y hacer que la visita fuera una verdadera fiesta emocional! Fotos en las que aparece mi abuelo colgadas en una sala cultural, gente que recuerda a Doña Federica, sonrisas por doquier y abrazo de un alcalde que alucinaba con la comitiva!
Fue muy especial el encuentro con Cosme, quien había localizado la partida de bautismo de Mamá y se la leyó (y regaló una fotocopia!): su padre había sido testigo… La jota que le regaló nos hizo más aragonesas que nunca…
Saben darle importancia a las cosas importantes. Saben disfrutar de esos pequeños grandes regalos que nos hace la vida en cada momento. Hacer feliz a alguien te hace feliz. Tener tiempo para conversar, sin mirar el reloj, saboreando un buen vino de la tierra, entonar una canción que habla del amor a la tierra… Ese fue el gran regalo de Cosme, recordarnos que el pasado es importante. Que nuestro pasado sigue existiendo mientras hayan personas como él dispuestos a mimarlo, a conservarlo en forma de fotocopias, a preguntarse quien era esa persona en la foto tomada en 1924 que nadie sabía identificar…
Siguiente parada: Benasque. Siguiente sorpresa: Ramón. Siguiente lección: los dioses quieren mucho a mamá 
pq llegar aun sitio como Benasque y que localice en 10 minutos a alguien de quien hace 30 años no sabe nada… La sarta de casualidades (preguntar a una hija de una amiga del mozo, que también estuvo “enamorada” de él en los años 40….) que hicieron posible el reencuentro fueron tantas que no puedo sino pensar que sí, que ahí arriba te quieren y te cuidan porque te lo has ganado a pulso, mami!
Verla tan feliz, tan emocionada, tan guapa, tan activa, tan viva… Que maravilloso regalo ha sido el cumple de Mami para mi, leches! La admiro, la respeto, la admiro, la quiero!
El punto negro del fin de semana fue, como no, mi relación con mi hermana. Vivimos en universos distintos… y me puede. Y como no me sé controlar, acabé explotando con muy mala folla, creando un momento horrible que me corroe el corazón 
Y ahora, conociendo su taranna, tardará 6 meses en digerir el “vete a la mierda” (uyyyy, que graaaaveeeeeee!) que le escupí a la cara, castigándome sin dirigirme la palabra. Y a mi, casi que me hace un favor… pero a mamá le dolerá. Y si a ella le duele, a mi más.
Ainsh, deberíamos ser como los mollys…
