Y de repente

te atenaza, cuando apagas la luz, cuando no encuentras una posición cómoda en la cama. Hace años que me pasa, pero no puedo evitar que ahora me duela más, me corroa más, coja forma a mi lado en la cama y me mire directamente a la cara.

El miedo es jodido, más que cualquier cosa rara que te coma las vértebras. Y hoy tengo miedo. Porque no he hecho un gran esfuerzo, no. He acompañado a mi hermana al hospital a que la operaran del ojo, le he dado la mano cuando salía para que no se cayera (manda huevos), nos hemos reído “la coja y la tuerta, hoy pillamos seguro!!!” y la he llevado a casa.

De ahí, a intentar acortar la lista de gestiones urgentes: tramitar una incapacidad, contactar con ese centro en Lyon, descansar un poco antes de volver a coger el coche para regresar a casa, con Kissa atacada de los nervios – odia ir en coche-. Y al llegar, cena ligera, que la dieta no entiende de angustias y ansiedades, distracciones banales via Facebook y Twitter y un poco de lectura nada seria. La mano de Fátima es un coñazo :) pero no consigo que me de sueño, ni siquiera el combinado de diazepan+noctamid lo consigue.

Mi cerebro da vueltas y vueltas y vueltas y vueltas …

No puedo dejarme vencer por el miedo. Ni por la pena. Ni por añorar tantas cosas que se me quedarán en el tintero. Ni mi tierra roja africana que probablemente no volveré a pisar. En mi último viaje, cuando llevé a S. a que conociera algo tan importante para mi, cuando ya regresábamos a Dakar a coger el vuelo, paramos a comprar mangos en la carretera. Y vi la tierra, roja como la sangre… Le pedí una bolsa al chico de los mangos quien extrañado preguntó para qué la quería. “Quiero llevarme tierra a España, para que el día que muera, puedan echarla en mi tumba para descansar en tierra senegalesa”. “Tu es une toubab senegalaise!!!” me sonrió. Tengo mis dos potes de tierra roja… no me puedo quejar, tantas cosas que he vivido, he disfrutado, he sentido, he… exprimido! No me puedo quejar y no puedo dejarme vencer por el miedo.

Así que seca las lágrimas, gata. Distraete un rato y a dormir, que mañana será un nuevo día, lleno de cosas interesantes y maravillosas!

 

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