Mentira, no estaba sola. Estábamos los dos. Juntos, a la par, tranquilos, a nuestro ritmo. Primero la mayor, luego el génova. Y el momento mágico de apagar el motor e intentar relajarnos…
La semana no podía acabar mejor, después de tanta borrasca, tormenta, subes y bajas.
Mi nueva vida, que aún no ha empezado, ya me hace feliz
Y no necesito que me rescaten, pero thank youuuuuuuuuu