Las tormentas de verano

son así. Aguacero, te empapas, dejas que el agua cale hasta lo más profundo de tus huesos (dios mío, iba a escribir viejos huesos… ooohhhh myyyy gooood), y que arrastre toda la mugre acumulada en cada pliegue y recoveco de tu alma.

Y cuando termina, sale el sol… o el Arco Iris, ese tan lindo que vimos el otro día en Navarra :)

Ya es viernes. Ya queda menos. Esta noche los gnomos (¿o fueron mis ángeles? ) han pasado por la ofi y el montoncito de marrones me parece más pequeño que cuando cerré la puerta a las 20 horas desquiciada… Hoy cierro un tema que coletea desde hace más de seis años y del que tengo muuuuchas ganas de desprenderme. Firmaré un talonazo, de esos que quitan el hipo, y ala… que se lo lleve el viento.  Hoy me cabrearé dos  o tres veces con dos o tres clientes para que entiendan en que consiste mi trabajo y que el título de hacedora de milagros no me lo dieron en la facultad, a ver si se enteran ya y me facilitan el simplemente trabajar como una persona normal, por muy divina que yo sea :) Y esta tarde, Zakkai y yo nos relajaremos jugando a Bricowoman, poniendo a punto detalles con cierta importancia que me permitirán disfrutar de mi dosis de sueños y libertad con más tranquilidad a partir de mañana.

Dentro de un mes y medio, querría que empezara mi nueva vida. He de trabajar firmemente en ello, mi querido P. I need you como asesor!!!! Limoncello’s therapy, please!

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=44xirQ55IgA]

Comments are closed.