…era lo único que le pedía. Que se acabara ya ![]()
Y lo hizo, como era de esperar, antes de terminar conmigo.
Me abracé a mi incondicional, a mi imprescindible y lloré. Necesitaba hacerlo. Y me abrazó. Y lo agradecí.
Y bailé, bebí, reí y disfruté de las primeras horas de un año al que no le pido nada, del que nada espero. Porque sus predecesores me han enseñado -la letra, con sangre entra- que no he de esperar nada, sino correo tras lo que quiero.
Y eso pienso hacer, salir a buscar lo que quiero, disfrutar de la caza, de los rasguños que me haga en el camino
Mañana, primer reto del año: regresar a mi puerto base desde Barcelona, una travesía que me da un poco de susto… pero que haremos acompañadas por la flor del pantalán.
Nuevos vientos, nuevos rumbos, y cierto grumete con aspiraciones a capitán…
WELCOME, 2011!
Encantada de haberte dado la bienvenida
