Largando amarras

poquito a poco… Durante meses fui seleccionando que quería dejar atrás y quienes serían mis compañeros de viaje en esta nueva etapa.

Y de repente, un triste cartel me anuncia sin previo aviso que ya no estará ahí. Que el único y débil vínculo que me unía a un desconocido, se rompe sin que pueda ofrecerle un cachito de celo para intentar sujetarlo… Pellizco en el estómago, sorpresa, penita… ah no, indiferencia. Resulta que lo que encuentro dentro de mi es indiferencia nada más. Tantos meses alimentando al bicho, para que me salga planta, oiga.

Cada día soy más indiferente. Cada día más selectiva. Cada día más dura. Y sin embargo, nunca nunca nunca es suficiente. A este paso, acabaremos como una roca, darling.

 

Comments are closed.