23 de agosto de 2012, he hecho mi primera travesía nocturna como patrona y a bordo de mi barco.
No puedo explicar lo que he sentido. No quiero verbalizarlo, solamente no olvidarlo nunca…
23 de agosto de 2012, he hecho mi primera travesía nocturna como patrona y a bordo de mi barco.
No puedo explicar lo que he sentido. No quiero verbalizarlo, solamente no olvidarlo nunca…
A S Q U E A D A
de subidas y bajadas, de absurdos y daños colaterales. Once meses de noria, agotadores, una odisea que de repente, sin previo aviso, de desliza lentamente por una cuestecita hacia un remanso…
Nunca nos ha dado miedo decir lo que pensamos. Tal vez, por eso, J y yo hayamos conseguido evitar estrellarnos desde lo alto de la noria. Tal vez por eso, J y yo seremos siempre amigos. Tal vez, por eso, por primera vez hemos podido pasar 48 horas juntos sin explosiones nucleares.
El Delta del Ebro está lleno de mosquitos. Tienes que usar protección, de la buena. Y algo para las picaduras. Pero si aprendes a convivir con eso, es un verdadero paraíso…
Han sido dos días alucinantes. Ahora, toca esperar…
¡¡¡¡¡¡¡¡SOY MUY FELIZ!!!!!!!!
¿Cuando escogí este camino? en que momento algo o alguien me hizo emprender una senda distinta? no lo sé. Tal vez lo tenía marcado desde siempre en ese GPS interior… Hoy X. vino a casa, hecho polvo tras la última ruptura. Y uno más que habla de aspirar en la vida a compartir, a vivir juntos, a planear… ¿Esperaba de mi consuelo? consejos para recuperar su relación rota? Intuyo que sí, y yo me lo miraba y casi le abrazo y lo felicito por su nueva situación. No entiendo el afán de las personas a estar permanentemente acompañadas, adivino un miedo a la soledad que no puedo entender, mi soledad se ha convertido en uno de mis bienes más preciados! Y que manía, erre que erre, la pareja, los planes, la vida en común.
¿Querría cambiar mi situación? querría volver a la vida en pareja? a ese todo a medias? No thanks… pasé por eso, lo disfruté, lo viví intensamente. Tanto como ahora vivo mi independencia, a la que no renunciaré por nadie. Quiero. Siento. Disfruto. Le sueño. Ocasionalmente, nos tenemos. Mentira, nos tenemos en la distancia. Ocasionalmente nos compartimos. Jo, se parece mucho a la fórmula perfecta… Y encima me enseña a navegar. ¿Qué más se puede pedir?
del Principito se acercaba cada día un poco más. Esperaba al pequeño príncipe, contando los minutos. Se dejó domesticar.
A mi, hoy, el zorro de me ha dado un bocado, después de hacerme pensar que estaba siendo domesticado…
Qué sensación agridulce, ha sido la conversación más entrañable y con más cariño que J y yo hayamos tenido nunca…
1 de Julio de 2012, he navegado 24 millas con dos rizos de mayor, un tercio de génova, 25 nudos de aleta y un frente del copón me ha empapado.
Hoy, 1 de Julio de 2012, he cruzado una nueva meta.
Hoy, 1 de Julio de 2012, J me ha felicitado después de “vigilarme” durante 7 horas a distancia. No sé que me enorgullece más. Si haberlo hecho o si haber conseguido impresionarle. Pero durante 24 millas sólo podía pensar que al tocar tierra quería oirle decir “enhorabona”.
La felicidad te aguarda en los sitios menos esperados…
Encuentro muy saludable el hallarme solo la mayor parte del tiempo. Estar en compañía aunque sea la mejor, se convierte pronto en fuente de cansancio y disipación. Nunca encontré una compañía tan compañera como la soledad…
Cuando empecé a pensar el baño, y especialmente la bañera, pensaba en J. Lo estrenaríamos juntos, con un largo baño de espuma acompañado por una copa de buen vino… Nunca llegó a verlo. Nunca se dejó acariciar por la espuma y el agua caliente. Nunca llegó a relajarse…
Seis meses después, sigo bañándome con él, recordándole a gritos que no escucha lo a gusto que se está en una bañera de agua caliente…
se van quedando personas. Gente a la que quiero, con la que he compartido poco o mucho, pero compartido. Pq no entiendo otra manera de relacionarme, soy así de gilipollas. Y cuando un buen día ves que de repente esa persona se baja del tren, generalmente sin demasiadas explicaciones, se te queda una cara de tonta…
Y últimamente son demasiados los que se van apeando de mi vida. Tal vez es que hayan llegado a la estación que marcaba su billete, pero lo cierto es que tengo una seria sensación de que han hecho el trayecto de polizones, sin pagar por lo que reciben. Que cuando ya no les ha interesado, se han bajado y punto.
Y me cabrea. Mucho. Me cabrea más de lo que me pueda doler, porque sé que seguiré admitiendo pasajeros sin esperar a que pase el revisor, pq sé que seguiré compartiendo y se me seguirá poniendo cara de gilipollas cuando vea como se descuelgan sin un mísero bye-bye.
¿Debería aprender yo a hacer lo mismo? Tal vez, pero sería como saltar de mi propio tren en marcha…